La onda era que yo iba caminando en la calle y todo mundo hablaba del accidente aereo. Llevada por el morbo fuí a comprar mi ejemplar del periódico alarmista, lo raro es que no suelo comprar los periódicos de la nota roja ni esas portadas escandalosas. Me salté la nota trágica del avionazo porque ya me sabía de memoria las imágenes de tanto que las había visto en la tele una y otra vez.
Al hojear el periódico me topo con una columna de chismes, y veo claramente remarcado con tahoma negrita el nick que uso para andar en internet, comienzo a leer lo que dicen y era un chisme lleno de cualidades, piropos y cosas que a toda mujer subiría a las alturas. Me quedé muy conmovida y emocionada por saltar a la fama así. Después me desperté. La fama era sueño, la tragedia todo mundo se empeña en comentarla a donde voy. Snif! ¿A dónde vamos a parar?