Entre esas novedades me ha regresado el gusto por el italiano. He desempolvado algunos de mis apuntes de cuando solía ir a mis clases y mientras repaso pronombres, verbos, y conjugaciones me acuerdo mucho con humor de mis experiencias en la clase. Porque era divertido ir, siempre salía con la sonrisa de oreja a oreja. No pude evitar recordarlo con nostalgia cuando en mi libreta encontré algunos recaditos pendejos que escribía con Brenda en aquel entonces.
También recordé esa maldita obsesión que tenía la Professoressa conmigo de traerme, como vulgarmente se dice, de la cola pasándome al pizarrón cada que se le daba la gana cuando yo no era la única que reía y platicaba. Nunca entendí su fijación conmigo :( Pero hasta eso no me iba tan mal resolviendo oraciones. En aquel entonces era medio izquierdosa, me vestía algo amenazante, así que Brenda y yo bromeábamos con que si nos seguía jodiendo la Professoressa íbamos a tomar el centro de idiomas como los paristas del defe en la UNAM que en aquel entonces salían en las noticias todas las noches. Recuerdo una vez en que un grupo de paristas obligó a un maestro a quitarse los pantalones, me impactó mucho eso, qué vándalos.
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Me gusta muchísimo el italiano aunque no seguí estudiándolo, lo dejé simplemente ahí como un recuerdo agradable. Buscar palabras en el diccionario no es tan tedioso como en el inglés, porque muchas palabras traducidas a italiano se escuchan bien bonito, o se escriben muy lindo, es un idioma cálido, amigable, abrazador, simpático hasta tierno. Cuando practicábamos diálogos en parejas aquello se volvía muy sexy para mí. Sobre todo porque a mi me tocaba con Alicia, que también era fan de Héroes así que para que la odiosa Professoressa no fuera a chingarnos de nuevo por hablar español, traducíamos los títulos de las canciones al italiano para hablar de nuestras canciones preferidas. Nos veíamos bien pendejas porque aquello nos causaba una risa pendeja, bien simplonas. Snif!. Ay, he suspirado mucho estos días en mi recuentro con el italiano. Me llueven recuerdos y me emociono.
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La professoressa daba risa. Era una señora ya grande se parecía a Terry de Old Skool de VH1 entonces causaba gracia pero la tenías que respetar. Y ella estaba enamorada de las baladas setenteras italianas, casi siempre aprendíamos con canciones bien viejas que nos daban flojera. Alguna vez le propusimos modernizar un poco con Eros Ramazotti algo así y se negó, ja! Recuerdo que una vez llegué a escuchar una balada bien gacha cuando Luis Miguel tenía como 15 años. La clase de esa canción fue tortura. La Professoressa amaba ‘O sole mio la repetimos infinidad de veces, la cantaba casi derramando lágrimas bien emocionaba (quizá su primer beso fue con esa, no sé), a mi me gustaba mucho ver cómo se emocionaba con esa canción, me causaba ternura. Hasta se me olvidaba el coraje por haber pasado al pizarrón oootra veeez!!
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También llegamos a ver películas viejísimas donde la imagen brincaba y batallábamos para ver de lo pañosas que estaban. Esa las disfrutaba mucho porque ella era la que más entendía (o la única) así que se reía sola de los chistes, carcajadas envidiables. Ahí también me daba ternura, pero me burlaba con Brenda de su pasión por el cine italiano. Obviamente había ido varias veces a Italia y lo conocía todo. Se emocionaba demasiado al enseñar, también se desesperaba con nosotros, no paraba de gritarnos: “Capisca?” o algo así. Ahora que estoy recordando todo eso por momentos cierro la libreta y me preguntó qué habrá sido de ella, si vivirá. Era una apasionada, creo que ultimadamente si me gustó tanto el italiano es porque ella supo emocionarme. Así deberían ser los maestros.
Ahora busco artistas italianos para escuchar, ojala y pudiera comprar algo para leer pero eso está complicado porque aquí yo no he visto ninguna. Si alguien por aquí pasa y sabe de alguien digno de ser escuchado, ilumínenme. Lo sabré agradecer.
También recordé esa maldita obsesión que tenía la Professoressa conmigo de traerme, como vulgarmente se dice, de la cola pasándome al pizarrón cada que se le daba la gana cuando yo no era la única que reía y platicaba. Nunca entendí su fijación conmigo :( Pero hasta eso no me iba tan mal resolviendo oraciones. En aquel entonces era medio izquierdosa, me vestía algo amenazante, así que Brenda y yo bromeábamos con que si nos seguía jodiendo la Professoressa íbamos a tomar el centro de idiomas como los paristas del defe en la UNAM que en aquel entonces salían en las noticias todas las noches. Recuerdo una vez en que un grupo de paristas obligó a un maestro a quitarse los pantalones, me impactó mucho eso, qué vándalos.
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Me gusta muchísimo el italiano aunque no seguí estudiándolo, lo dejé simplemente ahí como un recuerdo agradable. Buscar palabras en el diccionario no es tan tedioso como en el inglés, porque muchas palabras traducidas a italiano se escuchan bien bonito, o se escriben muy lindo, es un idioma cálido, amigable, abrazador, simpático hasta tierno. Cuando practicábamos diálogos en parejas aquello se volvía muy sexy para mí. Sobre todo porque a mi me tocaba con Alicia, que también era fan de Héroes así que para que la odiosa Professoressa no fuera a chingarnos de nuevo por hablar español, traducíamos los títulos de las canciones al italiano para hablar de nuestras canciones preferidas. Nos veíamos bien pendejas porque aquello nos causaba una risa pendeja, bien simplonas. Snif!. Ay, he suspirado mucho estos días en mi recuentro con el italiano. Me llueven recuerdos y me emociono.
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La professoressa daba risa. Era una señora ya grande se parecía a Terry de Old Skool de VH1 entonces causaba gracia pero la tenías que respetar. Y ella estaba enamorada de las baladas setenteras italianas, casi siempre aprendíamos con canciones bien viejas que nos daban flojera. Alguna vez le propusimos modernizar un poco con Eros Ramazotti algo así y se negó, ja! Recuerdo que una vez llegué a escuchar una balada bien gacha cuando Luis Miguel tenía como 15 años. La clase de esa canción fue tortura. La Professoressa amaba ‘O sole mio la repetimos infinidad de veces, la cantaba casi derramando lágrimas bien emocionaba (quizá su primer beso fue con esa, no sé), a mi me gustaba mucho ver cómo se emocionaba con esa canción, me causaba ternura. Hasta se me olvidaba el coraje por haber pasado al pizarrón oootra veeez!!
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También llegamos a ver películas viejísimas donde la imagen brincaba y batallábamos para ver de lo pañosas que estaban. Esa las disfrutaba mucho porque ella era la que más entendía (o la única) así que se reía sola de los chistes, carcajadas envidiables. Ahí también me daba ternura, pero me burlaba con Brenda de su pasión por el cine italiano. Obviamente había ido varias veces a Italia y lo conocía todo. Se emocionaba demasiado al enseñar, también se desesperaba con nosotros, no paraba de gritarnos: “Capisca?” o algo así. Ahora que estoy recordando todo eso por momentos cierro la libreta y me preguntó qué habrá sido de ella, si vivirá. Era una apasionada, creo que ultimadamente si me gustó tanto el italiano es porque ella supo emocionarme. Así deberían ser los maestros.
Ahora busco artistas italianos para escuchar, ojala y pudiera comprar algo para leer pero eso está complicado porque aquí yo no he visto ninguna. Si alguien por aquí pasa y sabe de alguien digno de ser escuchado, ilumínenme. Lo sabré agradecer.
Canté esta canción tantísimas veces en aquellos días. Hasta la fecha me la sé de memoria, cositas.
Para la professoressa donde quiera que esté.