I love you
K. y yo hemos peleado. Todo comenzó con las palabras que censuré y se cuelan por alguna de nuestras frágiles paredes. No sabía qué decir, mi deseo descontrolado penetra, como polilla, el baúl que había decidido mantener cerrado. Conversamos sobre nuestro amor, sobre aquellas emociones ¿pasadas? Cada vez que peleamos me doy cuenta que la amo más y cuando se va sin avisar, como ahora, enojada conmigo y con ella misma, siento que con ella (y su enojo) se lleva parte de mi cuerpo, me divido en dos y mi corazón se fragmenta en pequeños pedacitos que ella tiene en su bolsillo, sin saberlo, o sin querer, no sé. Cada vez que estamos separadas siento que la necesito y lo quiero en mi vida. Me fui a la cama con un puñal imaginario enterrado en mi abdomen, su amor me sube y me baja y no sé porqué me pongo así de melancólica; pareciera que mientras más quiero enmendarme, dejar mi egoísmo, mi posesión, sin volver a las murallas infranqueables que levanto en busca de protección al dolor sentimental, lo que consigo es permanecer adherida a ella, a su amor. I love her so much!
Escrito en madrugada.