departamento de quejas

Leyendo el último post de Miss P. no he podido más que identificarme con ella en el proceso que está llevando. Ese momento en que la oscuridad parece cobrar fuerza y ni un ejército de pastillas puede calmarla entonces la lucha se vuelve intensa en pro de lo que ella llama “project hapiness” algo así. Ella sufre depresión bipolar, diagnosticada desde hace varios años. Insomnio, ataques de ansiedad, adicción a fármacos. Yo no creo tener bipolaridad porque ni siquiera experimento cubres de excitación feliz, pero considero que paso por una decepción severa. Como si cada día se fueran restando cosas, de más a menos, y llega un momento en que todo está en automático y nadie ha tomado el control del barco. Estos últimos tres días han sido de lágrima y moqueo. Crisis creativa, intelectual, emocional y espiritual. Siempre se me han dificultado las relaciones interpersonales porque soy una persona que tiene al individualismo, aislamiento, ensoñación, tengo más el carácter de una artista atormentada que de una chica oficinista.

Quisiera ser despreocupada, linda y toda sweet, tierna, cariñosa, chica rosita, pero tiendo al drama, a la intensidad, lo pasional, provocación sexual, locura, cuando quiero algo lo quiero todo, pero cuando me piden que les entregue no les entrego nada. Si se me pegan mucho me fastidian y si los siento lejos me altero y ocasiono escándalos para llamar la atención. Todo se resume a cuestiones de infancia, lo sé. Como chinga esa frase de que infancia es destino. Sigo trabajando en la paternalización en darme a mi misma todo el amor, el cariño, la atención y compresión que ando buscando desesperadamente en los demás. Inconscientemente ando buscando una mamá que me quiera, me apoye, se preocupe por mi, por saber qué pasa acá adentro, me reconforte y me haga sentir segura y amada que no me va a abandonar. Y la cosa no funciona así, tengo que ser yo misma esa madre, hacer todo eso yo solita para no exigírselo a los demás y caer en esos horrendos celos y posesión; y me cuesta mucho, eh, me está costando muchos ovarios hacerlo porque caigo en ese error muy seguido, en automático y tengo que hacerlo consciente a cada rato y recordar que los demás no son mis madres y que no me ponga en ese plan. Que el amor es libertad no un condicionamiento.

He vuelto a escribir, escribo todos los días en una libreta de bolsillo que cargo a todos lados, obviamente no salen más que puras quejas y lamentos pero que es necesario sacar porque ya no las quiero tener atoradas acá adentro. Tengo dolor, tengo un dolor en el corazón que me hace sufrir, lloro, me río y vuelvo a llorar. Pero al igual que Miss P. estoy decidida a dar batalla, a no dejarme caer en el pantano, aunque me la pase así, un día gris otro multicolor, estoy decidida a dar pasos aunque sea cortos para salir adelante. Creer en mí de nuevo, hacerme fuerte sin necesidad de ser agresiva conmigo y con los demás. Escribo mucho lo que estoy sintiendo, me pongo pequeñas metas y trato de hacer consciente (cuesta) mis dificultades y capacidades por igual. Este fin de semana me siento mal, después me siento mejor, y después bajoneada de nuevo así han sido las cosas últimamente. Sólo pido fortaleza espiritual (me siento sola y no me queda más que hablar con lo invisible) y paciencia. No más comida chatarra ni una gota de alcohol. No más amistades falsas. No juzgar a todos por igual, después de todo no todos son mierda, salir, conocer, seguir intentándolo una y otra vez aunque me abra y se larguen, cuidar a las personas que aún están conmigo, aunque batallo, ahora sé que están porque me quieren porque algo ven en mi que yo en mi paranoia no estoy viendo. Lo siento por estar así, tan desconocida. Ya estoy para grandes canciones, estoy para seguir.