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C. me llamó la noche del sábado después de una semana y media no hablar. Me causó sorpresa que lo hiciera en sábado y a esa hora porque me la hubiera imaginado preparándose para salir. Pero un “Ya estoy vieja” fue todo lo que recibí por respuesta, aunque detrás de esas tres palabras yo percibía mejor otras cómo las noches de fiesta siempre son las mismas ahora. De haber sido esa la respuesta le hubiera dado la razón.
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Después platicamos de los últimos e insignificantes acontecimientos y como andaba algo sentimental e idealista me puso en la bocina Las mil y una noches de Flans que comenzamos a cantar porque yo sé que ésa era la finalidad y a mi me toca la voz de Ilse. Cuando jugamos al karaoke nos sube el ánimo. Amo esa estupidez.

Creo que eso la hizo sentir mejor porque nos reímos. Pero a mi la canción se me instaló en la mente y no me la pude quitar todo el puto fin de semana. La seguí escuchando la noche del sábado y varias ocasiones el domingo, sí, la mente es bien caprichosa eso ya lo he dicho. Ahora traigo, insistente como un loop, Electric feel de MGMT, que, por cierto, en el video sale el osito robótico y musical de ¡Showitz Pizza! Aquellos niños ochenteros lo recordaremos. Se ve chistoso. Aunque no veo el video por el osito robótico, sino porque uno de los integrantes está bien deleitoso o como diría Ma., bien sabroso.