el dependiente de libros

Es muy simpático, me cae bien. Hay una librería nueva cerca de mi casa. Pertenece a una cadena de librerías locales que me gusta mucho, está muy completa y bien ordenada. Van varias veces que me paseo por ahí y he hecho tres compras. Siempre que voy me toca que ponen el disco de Gipsy Kings como música de fondo y no me dan ganas de salir de ahí. Uno de esos días tomé un ejemplar del la novela “Déjame Entrar” me lo llevé a uno de los pasillos vacíos, le quite el plástico protector, y comencé a leerlo. Me estaba gustando cuando pasó el chico que trabaja ahí y me dice: “Ese libro está buenísimo”. Para que no me regañara por mi acto vandálico le dije que sí, que de hecho he visto tres veces la película y nos pusimos a platicar de la película y del libro. Aquella vez compré una moleskin verde para iniciar mis escrituras del año.

Cada vez que voy lo saludo con la mirada. Sin anda ocupado no le quito su tiempo, ni él me quita el mío para leer contraportadas. Soy de la idea de que los libros nos escogen a nosotros, te hacen señas para ser comprados por eso siempre soy muy cuidadosa cuando voy a una (librería) es como un ritual, saben, muy respetuoso, como entrar a un templo, de hecho. El viernes fuí con la firme intención de comprar Desde mi cielo de Alice Sebuld porque vi el trailer y me intrigó la trama. Al llegar me dirigí al chico de la librería y le pregunté por el libro y me contestó: “Clarooo, sí, sí lo tenemos y mira, de hecho, tenemos dos ediciones; la reciente con la portada de la película o la original”, “Ah, no, quiero la original, no me gustan las de portadas de películas” le dije.

Me llevó hacia el pasillo y me comentó que ya lo había leído. Cuando le pregunté cómo estaba, lleno de emoción, me dijo puras maravillas, y yo nada más alcancé a comentar que Peter Jackson era el director de la película. Después me recomendó otras novelas con temática post mortem y nos paseamos por toda la librería buscándolas. Yo estaba feliz porque tiene gracia para hablar de libros, una novela de quinientas hojas la resume en una plática sabrosa de quince minutos. Mientras lo escuchaba pensé que él debería de estar en un programa de televisión recomendando libros, nada más de escucharlo me daban ganas de comprarlas todas. Pagué e intercambiamos mails, justo ahora le acabo de escribir sacándole platica del libro. Pasé el 14 de febrero leyendo, no tenía ganas de salir y ver globos de corazón en la calle, sólo interrumpí para llamarle a mi mejor amigo que está toda deprimida porque lo batearon por enésima vez. “Así es el amor” le dije por teléfono con ganas de colgar pronto para regresar a leer. El libro comienza muy bien, pero poco a poco va cayendo en explicaciones innecesarias. Poco después de la mitad la familia comenzó a cansarme un poco, y los amigos me aburrieron. La película necesitará un buen tijeretazo. La obra de teatro puede que cuaje porque el libro trae mucho perfil psicológico. Yo como quiera este fin de semana iré a ver la película, total que ya voy bien estudiada. Y le escribiré al chico de los libros para hacer mis comparaciones.

Actualización. He terminado de leer la novela. ¡Qué final tan patético! ¿No escucho Alice a su editor? ¿Peter Jackson lloró con eso? Aun así iré a ver la película.