we have a date!

Hay una metáfora oriental acerca de la mente. Habla de la mente descontrolada, bulliciosa, que es como un elefante torpe corriendo en las calles de una ciudad. Según algunas doctrinas de oriente a la mente tienes que educarla, fomentar lo que ellos llaman estados virtuosos. Yo lo único que sé es que la mía es una máquina de pensar intensa que le da vueltas y vueltas a las cosas. Bastante neurótica en ocasiones. Para que el elefante no esté de necio, destruyendo todo, trato de mantenerlo ocupado. A veces funciona, otras me da unas patadas y se va corriendo. Ayer en la noche comencé la lectura on line de La casa de las bellas durmientes de Kawabata Yasunari. Y se debe a que quiero entrar a la #lecturatwitteriana que se está organizando para el 7 de Marzo. Todos los interesados vamos a leer ese libro y “nos reuniremos” para hablar sobre él.
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De entrada tengo curiosidad porque qué tanto se puede comentar sobre un libro con sólo un número de caracteres limitado. Algo así: @lecturatwitteriana ese personaje no me gustó porque pienso, @lecturatwitteriana que se pasó de malo en la parte de @lec… y así serían las opiniones si ese día hay mucho tráfico de tweets, ¿no? Twitter para mí es una cosa divertida en estos momentos. Me alimento de lo que hacen algunos artistas (dándome cuenta de que en realidad algunos son buena onda y otros están muy pendejos o son medio aburridos sin todo el glamour), admito que ando de fan de dos comentándoles cosas lindas para que sepan que existo, je,je. También sigo a algunos ex blogueros que siempre fueron de mi agrado y es la única manera de saber cómo está su vida, si están bien, etc. Por cariño. En otros casos, hay gente que nos comenzamos siguiendo nada más porque nos caímos bien y los estoy 'conociendo'. Creo que la dinámica es como cuando comentábamos en los blogs, es muy similar. Como medio de información, es de los mejores. Hay periodistas que se dejan comadrear a gusto y eso es padre para los simples mortales como nosotros.

Leo que hay varios tipos de usuarios. Los que se la pasan dándole replay a todo mundo, como enfocados en mantener su popularidad y presencia activa en nuestra página principal, que se note que se llevan con toda “la banda twittera”; los que no abusan tanto de eso y ponen canciones, y los que escriben micropost acerca de su vida o pequeñas narraciones de lo que piensan o sienten. Soy fan de éstos últimos. Hay una chica que encontré un día por casualidad y casi siempre escribe una o dos palabras, me deja hipnotizada, dice mucho y sí lees su twitter de corrido hasta resulta interesante. Yo estoy en la terna de los que andan leyendo, cuento pendejadas en intervalos de tiempo nada más para que se note que ando ahí. Como una perra que llega, orina, marca territorio y se va. Otro de los puntos divertidos es que en los días de súper weba, a cualquier hora siempre hay alguien ahí contando cosas (si entras en horas muertas cuando no hay mucho tráfico los tweets suelen ser más introspectivos o de perdido cómicos) y se te olvida que estás solo, sientes compañía, bueno, a mi me ha pasado, ya. Así he conocido a algunas personas que ahora sigo, les mando algún privado y terminamos platicando. Conforme vaya leyendo más el libro diré qué onda sobre él. Si están interesados en participar píquenle a #lecturatwitteriana para que se vaya haciendo el grupo más concreto, o ese mismo día para que sea más fácil. Probemos que no todo es el chisme y farandulear. Pero tampoco hay que entrar con pose de crítico de conaculta, aunque, bueno, se pondría bien. Yo tengo ganas de llevar la contraria para calentar el ambiente pero no sé si lo haré, igual y ni opino nada. Leeremos.