reencuentros

He recibido la visita de una vieja amiga a quien tenía meses de no ver, ya me había acostumbrado y estaba feliz hasta que la gripe regresó. Nos saludamos con frialdad, aunque hemos pasado la mitad de nuestra vida juntas por espacios de tiempo prolongado, no es alguien que me haga feliz. Me desespera. Usualmente ella se queda dos o tres días, luego invita a su mejor amiga, la tos, quien es mucho más cínica y se llega a quedar hasta quince días conmigo. Llevo cuatro días con la tos y ya me provocó dolor de cabeza. Tres inyecciones no le hicieron nada y los jarabes cada ocho horas le dan risa, es terca. Me duele la cabeza al toser. Pero como ando bien drogada por fármacos sospecho que a su visita le quedan pocos días. Eso espero.